LA CASA DE BORGES
La casa de Borges Dos casas de Borges llamaron la atención a innumerables lectores. Una es la de puertas de número infinito, abiertas día y noche a los hombres y animales. En ella, reina la quietud y la soledad, cualquier lugar es otro a la vez y solo es recorrida por un prisionero, el ilustre Asterión. Esta casa es el mundo, aunque cercada por el hilo de una mujer. En la otra casa de las que hablo, hay una escalera empinada y un sótano. La casa es el sótano; el sótano, una esfera tornasolada. Allí está el mundo y tiene el nombre de una posible variante de un virus mutante y peligroso. Después están las otras casas. A estas últimas, puedo acceder más fácilmente. La que me interesa está en un tramo de la calle Tucumán, en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, en una cuadra taquicárdica y hollin...