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Mostrando entradas de septiembre, 2021

CHARLIE PARKER. EL PERSEGUIDOR DEL TIEMPO

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                                                 Encuentro gigante: Charlie Parker, Thelonious Monk,                                                                       Charles Mingus y Roy Haynes.                                                                                         EL TIEMPO ARDIENTE Y PERSEGUIDO           Cuando nace una calurosa mañana de fines de agosto en una calle desgraciada de Wyandotte County, en Kansas City, nadie sabe –ni podrá creer jamás− que, en esas toallas delgadas como papel de tanto uso, esos brazos ladinos y ardientes como el mismo infierno de un  borracho y pendenciero cliente de prostíbulos arrullan a un soplador legendario. “Si te metes en problemas, tienes que decírselo a mamá”, es el primer consejo que escucha de una gorda astuta de ojos blancos como bolas de billar, despatarrad

Un rapsoda para la educación argentina - Seúl

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Un rapsoda para la educación argentina - Seúl : Política y sociedad desde Corea del Sur VICTORIA MORETE DOMINGO Un rapsoda para la educación argentina ¿QUIÉN CONTARÁ EL CUENTO QUE NOS IMPULSE A DAR VUELTA LA DECADENCIA? Por  SILVINA MARSIMIAN 5 de septiembre de 2021 Se cuenta que cuando los militares de la llamada Revolución Libertadora llegaron a la Residencia de Olivos, en septiembre de 1955, se encontraron con un señor rumano que estaba escribiendo a máquina. Era Virgil Georghiu, un funcionario diplomático del régimen pro-nazi de su país y arrestado al final de la Segunda Guerra Mundial por tropas americanas. En 1948 se estableció en Francia, y al año publicó  La  h ora 25 , un best seller sobre un joven jornalero perseguido alternativamente por ser judío o colaborador nazi. Georghiu había sido contratado para escribir el libro con el que Perón intentaría mostrar su ideario político al público europeo. Cosa rarísima, ignoraba que se estaba realizando una revolución en el momento en

BORGES Y BIOY. AMIGOS SON LOS AMIGOS

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                                                                                                                                     AMIGOS SON LOS AMIGOS   Es menor que yo algunos años. Lo que no recuerdo es en qué circunstancia lo conocí. Lo que sí que, cuando se casó, yo fui el testigo de boda; yo y el capataz de la estancia en el pueblo de Las Flores. A decir verdad, a los padres de él no les gustó para nada ese casamiento. Pensaban que ella no le convenía, porque era mayor para empezar. A ella no le gustaban las historias que escribíamos juntos. Cuando las leíamos en voz alta, decía que eran una sarta de pavadas. Pero nosotros nos reíamos tanto que, por momentos, no podíamos seguir trabajando. Ella se asomaba al escritorio y nos preguntaba si éramos un par de idiotas. Para molestarnos, ponía discos en el fonógrafo. Enseguida comprendimos que había algunos que no nos dejaba inspirar, como los de Debussy o Wagner; pero otros, como los de Brahms, nos enfervorizaban. Cuando terminábam