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UPS 13
LOS ASTROS
Y YO
Nací con el Sol en Virgo, la Luna en Libra y con
Ascendente en el signo de Aries. Siendo Aries, representante del “yo soy”, “acá
estoy”, mientras Libra lo es del “nosotros”, mi vida se resuelve en opuestos
complementarios. La Tierra, que representa a Virgo, no es afín a los elementos
anteriores, pero sirve para que pueda concretar las cosas en la realidad. Como
el regente de mi carta es Marte, que se encuentra en Géminis en la 3ª casa, al
orden cotidiano de las cosas concretas se suma el orden superior, que define mi
estilo abierto, creativo, ejecutivo, pragmático y eficiente.
Un stellium o
conjunto de planetas en la casa 5ª (Urano, Mercurio, Sol y Plutón) hace que yo
cree una imagen de mí misma centrada en las energías de comunicación con el
otro, para enseñar y difundir lo aprendido. El tener el Sol entre Uranio,
Mercurio y Plutón me vuelve una persona transformadora, que tiene ideas que se
hacen tangibles en obras reales. Los momentos de crisis y/o cambio son óptimos,
en mi caso, para probar la eficacia en liberar viejas pautas de conducta que ya
no sirven, y eliminar los obstáculos y demoras para alcanzar la posición
deseada.
La Luna en Libra hace, como ya dije, que tienda a los
demás con empatía, aunque los planetas de la casa 5ª y el Ascendente en Aries
siempre me van a anclar en un yo-vos o en un yo-nosotros. Además, a la
creatividad se me impone un “deber ser” muy fuerte, representado por Saturno en
Capricornio, en la 10ª casa. Se trata de una figura de autoridad, padre, juez,
que imprime responsabilidad y respeto, al principio, como si fuera un maestro
duro, severo, que hace foco en las obligaciones y los modelos de conducta, así
como a la necesidad de controlar los sentimientos. Pero como cuento también con
Júpiter en Sagitario, en la 9ª casa, más blando y accesible, conviven en mí dos
tendencias contradictorias.
Con Luna en Libra, la justicia y los altos ideales forman
parte de un modo de estar en la vida que me caracteriza, y me ofrecen la
posibilidad de lograr dialogar entre mis dos polos, por lo que logro cierta
integridad. Tengo una mentalidad enérgica, con múltiples intereses e ideas por
el mismo motivo. Tanto Marte en Géminis, en la 3ª casa, como el Sol y Plutón en
Virgo, hacen de mí una crítica mordaz, constructiva y destructiva a la vez,
tanto para con los demás como conmigo misma. Se contrapone a este polo sin
filtros mi Luna en Libra, que rápidamente me equilibra y me otorga la
diplomacia, cautela y serenidad para expresarme con elegancia, después de haber
denostado. Es decir, si se me salta la térmica, algo en mí al mismo tiempo me
armoniza y tranquiliza, y me reconcilia con los demás.
Mi afectividad también contiene cualidades Tierra y Aire
no afines (por Venus en Virgo y la Luna en Libra), que hace que ponga un
“colchón de aire” a mi alrededor y evite que las pasiones me asfixien.
La carta da cuenta de mi constante fricción entre mi
conservadurismo y mi tendencia férrea a la aventura. Como no suelo esperar a
que las cosas sucedan (por el Ascendente en Aries), llego a asumir las máximas
tareas con intensidad (Plutón en casa 6ª) y sin distracciones hasta las últimas
consecuencias (Saturno en casa 5ª). El tironeo entre tendencias opuestas y la
exageración me llevan muchas veces al agotamiento emocional y al desgaste
orgánico.
Hay una gran potencialidad creativa en mi interior que
necesita emprender la acción en una tarea artística, a la vez que me otorga una
significativa capacidad de estimular el desarrollo de los adolescentes y
jóvenes (Mercurio en casa 5ª). Soy como una crisálida en estado de
autotransformación permanente, para alimentar todo lo nuevo que empieza a
manifestarse. Mediar, ir de un polo a otro, sin destrozarme, es la clave.
Más allá de las perífrasis, metáforas y simbolismos, es claro que esto soy yo, yo en algún punto de mi evolución. Ese al que me escapo cuando persigo, sin lograrlo la mayoría de las veces (y sin dejar de sentir nostalgia de una verdad aprendida), la música de las esferas. Es que en las estrellas, hay todavía un lugar para mí.
Adenda: Como el universo, parecemos una organización flexible y múltiple, un hipertexto en expansión (con la salvedad de que cualquier definición es arbitraria y conjetural). Parecemos, digo, porque -como señala John Wilkins- todo depende de la invectiva del sujeto (hablante/lector).
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